domingo, 30 de abril de 2023

Ketubah: El Compromiso Matrimonial de Jesús con su novia, La Iglesia.


Veamos un caso conocido de Compromiso matrimonial en la Biblia.  Abraham se da cuenta que su hijo Isaac está en edad de casarse y autoriza a su sirviente Eliseo que le consiga una novia para que se case con él. Esta novia debe ser de su propio pueblo, con las mismas creencias. Eliseo lleva regalos como dote de matrimonio y convence a Rebeca de casarse con Isaac, a fin de que este sea su esposo, quien la llevara a un mejor lugar para vivir, sacándola de Mesopotamia, un lugar de pecado. Generalmente uno de los regalos era un Lino Fino para que la novia confeccione su vestido de matrimonio. Ella acepta a Isaac, sin haberlo visto antes, confiando en todo lo que Eliseo le comento, lo que le revelo sobre Isaac. Rebeca toma camino para los terrenos de Abraham, pero se encuentra primero con Isaac antes de llegar a allá.

 

 

Una costumbre adicional que se tenía antes del matrimonio es el Mikve, en donde la novia se bañara en agua natural para purificarse. Esto se entendería espiritualmente como un Bautizo. En Israel también se acostumbraba que la fiesta del matrimonio durara siete (7) días. En el primer día se casaban, se separaban de los invitados e inmediatamente ellos entraban al cuarto nupcial, (Chedar) para consumar el matrimonio. De todos modos, los invitados al matrimonio continuaban con la fiesta durante los siete días, pero en ese último día recibían a los ya esposos. Esta costumbre también se aprecia en la Biblia cuando se menciona que Sansón celebró su banquete de boda una semana (Jueces 14:12).

 

Una celebración de boda de 7 días suponía un gasto económico fuerte en gastos de comidas, vinos y adicionales para el padre del novio, como se observó en las bodas de Caná donde el vino se acabó al séptimo día. Por eso también se acostumbraba que se celebraran diez matrimonios a la vez, para que entre todos costearan los gastos. Por eso la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13), en donde, aunque todas habían aceptado casarse con su respectivo novio no todas estaban convenientemente preparadas para realizar el matrimonio. Algunas se quedaron dormidas porque los novios no llegaron a la hora esperada. En la analogía actual, la hora esperada según algunos sería el año 2.017 cuando estiman algunos que ya se cumplió el 120avo jubileo y que las novias no estaban preparadas porque no tenían aceite (el Espíritu Santo quien según Juan 14:26 “él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”) para hacer funcionar su lámpara (la Palabra de Dios en la Biblia).

 

El hecho de que sea la novia elegida no implica necesariamente que se logrará casar con el novio y convertirse en su esposa. En el compromiso matrimonial del Ketubah, los novios se comprometen tomando una copa de vino. Después el novio le obsequia un regalo a la novia. La analogía es que cuando Dios se quiso casar con su nación elegida, Israel, le obsequio a ella sus mandamientos como regalo a los 50 días de haber salido de Egipto, en la fiesta del Shavuot. Lamentablemente Israel no acepto el regalo, y ninguna de esas personas que salieron de Egipto, pasando por la cuarentena del desierto, lograron entrar a la Tierra Prometida.

 


Posteriormente en la segunda analogía, Jesús a los cincuenta (50) días de haber resucitado, en la misma fiesta de Shavuot, obsequió el Espíritu Santo (en forma de llamarada de fuego) a los apóstoles, quienes habían tomado la copa de vino en la última cena. Por eso en este día de Shavuot, que para la religión cristiana en general se le denomina Pentecostés, al aceptar el Espíritu Santo, se toma como el día de nacimiento de la Iglesia, la novia elegida por el Padre para su hijo Jesús. Es en ese día que el novio sella y marca a su novia por obra y gracia del Espíritu Santo. En analogía, la iglesia es marcada con el 777 (el 7 es número de la plenitud de Dios). La Iglesia con su comportamiento será digna de casarse con el novio, Jesús, y este la reconocerá por los frutos que le brinda el Espíritu Santo a la Iglesia.

 

Otro dato importante en la ceremonia de la boda en Israel es que el novio va desde la Jupá (construcción de 4 maderos y telas, en analogía al tabernáculo-sukot) hasta la mitad de camino para recibir a la novia, quien va cubierta con un velo, y ahora si los dos se devuelven nuevamente a la Jupá.




Uniendo todo lo anterior, la analogía es que Dios, el Padre, escoge una novia (la iglesia) para que se case con su hijo Jesús. Para eso envía al Espíritu Santo, el siervo de confianza, quien convence a la Iglesia de que acepte a Jesús como su Señor, Esposo y Salvador, y que este la llevara a un lugar mejor donde vivir. La novia toma camino al Cielo (el Reino del Padre) y Jesús sale a recogerla en algún lugar del trayecto (las nubes) a fin de llevarla al Cielo para celebrar las Bodas del Cordero, sus bodas, que duraran 7 (siete) años para después volver ya con ella, como su esposa, para celebrar la cena de la boda.

 

Lo analogía anterior recuerda que, así como Jesús se quiere casar con su novia elegida, la Iglesia, de la misma manera Dios, el Padre, quería casarse con su nación elegida, Israel. Para eso Él tuvo que ir a rescatarla de un lugar de pecado, Egipto, demostrando que Él si era el verdadero Dios, tumbando a los falsos dioses con las plagas que envió, mientras su pueblo estaba protegido en una especie de cuarentena. Cuando Israel lo acepto como su Dios, Él la tomó como su nación elegida y la sacó de Egipto, haciéndola pasar por en medio del mar rojo en celebración del Mikve, purificación por inmersión en agua natural, y a los 50 días les obsequio su Ley como regalo de matrimonio.  Mientras tanto, los egipcios fueron castigados por aun así seguir persiguiendo al pueblo de Dios. Lamentablemente, a pesar de haber aceptado a Dios, toda esa generación de Israel que físicamente fue sacada de Egipto, espiritualmente aún se había quedado allá. Por eso le fue desobediente e infiel (malas obras) a Dios por lo cual Él no les permitió la salvación de entrar a la Tierra prometida. Solo la nueva generación que nació durante la cuarentena del desierto, la que aprendió a confiar en Él, la que aprendió a tener una nueva relación con Dios logro entrar a la Tierra Prometida.

     


 

En la Cena del Pesaj (Pascua) es que Jesús tomo una copa de vino como parte del ritual de compromiso de matrimonio Ketubah con su novia la Iglesia, representada por los doce apóstoles. En Israel el padre del novio escogía la novia para su hijo. Entonces se reunían los novios con sus respectivos padres. Este último definía el valor de la dote que tenía que pagar el novio por el derecho de casarse con la novia. Inclusive el papa de la novia podía poner un precio bastante alto buscando que el novio no tuviera como pagar la dote. Si el novio aceptaba el precio, entonces los novios tomaban una copa de vino como formalización del compromiso. Ahora el problema se presentaba para el padre de la novia. Si esta le llegaba a ser infiel al novio, entonces el padre de la novia tenía que pagar de multa cuatro veces lo que antes habían definido como dote.

 

Siguiendo con el compromiso formal el novio se devolvía para su casa a fin de organizar un lugar para vivir con su futura esposa. Así ya estuviera todo organizado, el novio por respeto a su papa, tenía que esperar a que este lo autorizara a casarse el día que a bien tuviera. Por tanto, el novio “no sabía ni el día ni la hora” en que se podía casar sin la aprobación de su papa. Mientras tanto la novia, así no se hubiera casado todavía, no se podía comprometer con un nuevo novio, salvo que muriera el antiguo novio o este le diera un certificado de divorcio. La analogía de lo que sucedió, fue que inicialmente cuando Adán y Eva pecaron, cedieron la paternidad que Dios tenía sobre ellos, dándosela a Lucifer, o Satanás como se le conoce ahora. Dios escoge a la Iglesia como novia para su hijo Jesús, quien ofreció su propia sangre como dote de redención por la novia. Jesús y la Iglesia (representada por los doce apóstoles) tomaron en la Última Cena una copa de vino como símbolo de compromiso. Jesús en Getsemaní pidió al Padre que, si le fuera posible alejar la copa de vino, pero que no se hiciera su voluntad sino la del Padre en la continuación del compromiso matrimonial. Recordar que en Juan 10:17-18 Jesús dice: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.” Aquí Jesús, en su dimensión divina, y no humana, expresa su amor por la Iglesia cuando también por su propia voluntad desea continuar con el compromiso del Ketubah.

 

  

 

  

La iglesia (los doce apóstoles) le es infiel a Jesús, cuando por miedo a ser capturados no reconocen que Jesús es su Señor. Por tanto, Satanás debe pagar cuatro veces la dote, el precio pagado por Jesús con su muerte redentora. La Iglesia de todos modos es libre de casarse porque el novio había muerto. Pero Jesús resucita. Satanás es vencido por Jesús, quien renueva el deseo de casarse con la Iglesia, que ahora es libre para casarse con quien ella quiera. Jesús asciende al Cielo para alistar la casa para la novia y preparar la boda. Jesús le obsequia a la novia el Espíritu Santo como regalo de compromiso en Shavuot (pentecostés). El Espíritu Santo sella a la Iglesia, que ahora si acepta y reconoce a Jesús como su Señor, Novio y Salvador. Jesús volverá, “sin relación con el pecado” como dice en Hebreos 9:28, para recoger a su novia, la iglesia, y llevarla desde las nubes al cielo (es a medio camino porque no pone sus pies físicamente sobre el suelo). Recuerden que el Sumo Sacerdote en la fiesta de Yom kipur solo salía hasta el Atrio del Templo en su primera salida, donde estaban todos los que comprendían lo que estaba sucediendo y por tanto no los tomaba de sorpresa como ladrón en la noche, mientras que en la Segunda Venida si salía completamente del Templo hasta donde estaba todo el pueblo que por su falta de conocimiento esperaba en tinieblas si habría redención o no de los pecados.

 



Si has entendido bien hasta acá, estamos hablando de un compromiso matrimonial donde el novio salva a la novia y la lleva a un mejor lugar para vivir. Y aunque la novia fue infiel, el novio la redimió y ella, a partir de ahí, lo acepto y se comportó dignamente. ¿Cuándo se casa el novio, Jesús, con la iglesia, la novia escogida por el Padre? No se sabe el día, porque es el Padre quien autoriza el día del matrimonio. Porque ese es un día desconocido, ese es el día en que nadie sabe la hora. ¿Qué pasa en el cielo cuando Jesús lleva a su novia, la iglesia? Lo coronan Rey, lee el Libro de los Sellos en analogía a la ceremonia de el Bar Mitzva y se casa con su novia, la Iglesia. Veámoslo más detallado. Primero, El Padre (el Anciano de días) cede su corona a Jesús como Rey (Daniel 7:13-14). Recuerdan que, según la tradición judía, los reyes se coronan el 1 de Tishrei, el día que suena “La Final Trompeta” donde comienza el año nuevo legal judío. Después se celebran las Bodas del Cordero. Esto indica que el día de a “La Final Trompeta” sucede el Arrebatamiento de la Novia, para que el Novio se pudiera casar con ella. Además, para que ella también sea testigo de su coronación. Alguna vez leí, pero no lo he confirmado en algún otro documento que, era costumbre que los hombres en Israel ya a los 33 años se hubieran casado, sino se les vería como “solterones”. Por eso Jesús vivió hasta los 33 años y ascendió al Cielo, porque ya estaba en la edad de casarse, pero la diferencia es que Jesús realmente es un ser espiritual y por tanto no debería de casarse con una mujer carnal sino con una mujer espiritual, en este caso la Iglesia. Por eso es que también se dice que la Iglesia será transformada, en el arrebatamiento, para poder ir al cielo

 



Es como en parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13), en donde, sólo las prudentes, cinco de diez, eran dignas de casarse con su respectivo novio porque habían cumplido, habían guardado las normas estipuladas en el contrato de matrimonio del Ketubah. Ellas no andaban en tinieblas. El Espíritu Santo las iluminaba, dándoles discernimiento al leer la Torah para saber comportarse. Por eso se lee en Juan 14:21, “¿Quién es el que me ama? El que hace suyos Mis mandamientos, y los obedece.” Sólo la Iglesia de Filadelfia es la digna de ser arrebatada al cielo para las bodas del cordero. Las demás iglesias se tienen que quedar en la tribulación para terminar de purificarse. Leámoslo en Apocalipsis 3:

3:8. has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

3:10. yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

Veamos que entiende Dios por “guardar”, como lo expresa en Deuteronomio 28 (1 y 15)

1. Y será que, si oyeres diligente la voz del SEÑOR tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy, también el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todos los gentiles de la tierra;

15. Y será, si no oyeres la voz del SEÑOR tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te mando hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

 

Dios nos está diciendo que “guardar” su palabra significa, en el sentido correcto del hebreo antiguo, que una persona en su comportamiento está en conformidad general con las normas y reglas promulgadas por Dios. Los que Él llama los Justos. Por tanto, sólo los que hayan aceptado a Jesús y sean justos, serán arrebatados. Lamentablemente más de un luterano se llevará la sorpresa de no ser arrebatado en Yom Teruah antes de iniciar la tribulación. Mientras tanto, los católicos solo esperan sobrevivir a unos supuestos tres días de oscuridad al final de la Gran Tribulación y ahí sí ser salvados por Jesús en su segunda venida, pero sin tener idea de que esta venida suceda muy posiblemente en un Yom Kipur. La posición dogmática de la Iglesia Católica es que ella no cree en el Arrebatamiento pretribulacional: “Cual es la posición de la Iglesia Católica en relación al Rapto – Padre Pedro Núñez” (https://www.youtube.com/watch?v=UFe8KuaTQD4).

 

Se acuerdan del Ketubah, el compromiso matrimonial, celebrado entre los novios en presencia de sus padres. En este compromiso si la novia le era infiel al novio, este era libre de no casarse con ella, y por tanto, no venia a llevársela a vivir en la casa que había construido en la casa de su padre. La analogía es que si la Iglesia, la novia de Jesús, le era infiel al cometer pecados, entonces Jesús es libre de no venir por ella, ya que esta ya no es su novia al violar el compromiso matrimonial. Podrán haber hecho algunas cosas buenas, pero también habrán cometido pecados que la alejarán de Jesús. Si una persona dice llamarse “cristiana” pero es idolatra, es adultera, ladrona, estafadora, orgullosa, mentirosa, cobarde, etc, ¿en verdad cree que Jesús vendrá por ella.? Si un ave parece un pato, camina y nada como pato, vuela y se comporta como un pato, entonces ¿merece que lo traten como a un pavo real?  Que les dirá Jesús: “No os conozco”, “Alejaos de mí, hacedores de maldad”.  Serán como las 5 novias, las no aceptadas, las que no logran entrar al matrimonio porque no estaban bien preparadas para casarse con sus novios. Tendrán como las 6 iglesias del apocalipsis que purificarse en medio de la tribulación. Algunos no soportaran la presión y fallaran como Judas o inclusive siempre han sido como Lucifer, que han venido a matar y robar. A Judas, Jesús le decía amigo (Mateo 26:50) pero a Lucifer lo despreciaba. ¿Conoces personas parecidas a Lucifer?  ¿Qué destino crees que les espera?  Recuerden que pasados los tres primeros años y medio de tribulación, justo después de que el anticristo reciba su herida mortal en Pesaj (Pascua), dure supuestamente tres días muerto como en Hamatza (Panes sin Levadura), su herida mortal sea sanada fingiendo una resurrección en Bikurim (Primeros Frutos) y a los 50 días en Shavuot (Pentecostes) la Anti-iglesia, será marcada por el Falso Profeta con el 666 como la Anti-novia que acepta al Anticristo como el Señor y dios del planeta.

Ahora que entiendes el Compromiso Matrimonial del Ketubah y el sacrificio realizado por Jesús para casarse con su novia, la Iglesia, ¿estás dispuesto a aceptarlo como tu Señor, Esposo y Salvador, a fin de ser llevado en el Arrebatamiento al cielo para la Celebración de las Bodas del Cordero?

 

Ahora sí, ¿Listos para subir?






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